El fenómeno BYOD implica un cambio total en las relaciones entre la empresa y sus trabajadores, ya que son los propios profesionales los que aportan sus dispositivos personales en el trabajo y los utilizan para compartir archivos y datos dentro y fuera de la oficina.

Los ya conocidos como “profesionales móviles” prefieren, habitualmente, utilizar sus propios dispositivos porque los consideran más adecuados que los que les suministra la empresa. Como consecuencia de esta decisión, la productividad del empleado se ve incrementada al disponer éste de una movilidad absoluta en el acceso a los recursos corporativos a través del dispositivo que le resulte más cómodo en cada momento.